domingo, 13 de diciembre de 2015

Para encontrar el origen del mariachi, tendríamos que remontarnos hasta la conquista española y recordar el gusto melódico de los Cocas, grupo indígena de una región del noroeste de México.  En una de las versiones sobre la historia del mariachi se lee que en Jalisco, en el pueblo de Cocula, cuyos habitantes descendían de los Cocas nació el mariachi.
Los misioneros españoles, en su evangelización, empezaron a transformar en cantos a la Madre de Dios canciones antes dedicadas a las deidades paganas de los Cocas.
En uno de los versos de la alabanza a la Virgen María del Río se lee, en la lengua de los Cocas, Maria ce son que significa la canción de María.  Al pronunciar Maria ce parecería que decían Maria Shi o Maria She, que al pronunciarlo rápidamente suena como mariachi.
Así, según este estudio, la palabra mariachi proviene en realidad de un canto religioso y no de la palabra francesa mariage, como otros investigadores afirman.
Siglos más tarde, un grupo de mariachis, por invitación del Presidente Porfirio Díaz, solía presentarse en las fiestas de palacio.  Desde luego que las canciones interpretadas ahí ya habían dejado de ser religiosas; eran canciones populares, es decir, profanas, propias para bailes y festejos populares.  En esas fiestas, el mariachi, incluyendo a dos parejas de bailarines y acompañados de arpas y violines además de guitarras y guitarrones, eran la alegría de la fiesta.  ¡Y algo importante!  Se dice que era la primera vez en que el mariachi se vestía con el atuendo de charro, el mismo que hoy conocemos y que es característico en él.
Ya en este siglo XXI, encontramos grupos de mariachis alegrando las fiestas de los pueblos y ciudades de México, fiestas de todo tipo, no sólo bodas o cumpleaños.  De igual forma sucede, aunque en menor escala, en ciudades de otras partes del mundo, como Japón, España, Canadá o los Estados Unidos.


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